1.1Teorías historiográficas sobre una crisis. Tipologías de crisis.
En cuanto a la crisis del siglo XVII se produce un debate según la historiografía marxista anglosajona produce la transición del feudalismo al capitalismo. Este debate trasciende al ámbito historiográfico mundial provocando conclusiones diversas; se trata de una crisis política para algunos, y para otros es una crisis económica. Este debate presenta carácter virulento al sucederse en la época de la Guerra Fría.
- Según Eric Hobswam (1953) con su obra “Past and Present” se trata de una crisis general que coincide con la última fase de la transición de la economía feudalista a la capitalista.
- Para Hugh Trevor-Roper (1959) en su obra “Corte y País” esta crisis presenta carácter básicamente político, que provoca guerras civiles, motines dando lugar al auge del absolutismo que consiste en la concentración del poder en manos de las cortes frente a la pérdida de poder de los poderes locales.
- Para Geoffrey Parker (2013) en su obra “El siglo maldito” se trata de una crisis global, cuya tesis afirma que se produce un cambio climático produciendo una serie de catástrofes naturales provocando corrientes de inestabilidad que tienen repercusión en la economía y política teniendo lugar un retroceso demográfico, hambrunas, invasiones, rebeliones campesinas, guerras civiles. Para este autor se produce una Pequeña Edad glacial en el siglo XVII, es una etapa fría y húmeda en el que se produce una bajada de las temperaturas (no comparable a etapas anteriores en el Hemisferio Norte) siendo la época más fría el año 1600. Presenta unas evidencias con el testimonio del río Támesis helado en 1677 y el mar del Norte (Holanda) congelado. Las manifestaciones de la crisis del siglo XVII:
- Retroceso de la agricultura: debido a las malas cosechas por las heladas, lluvias a destiempo, bajada de temperaturas, etc. Este retroceso no solo se debe a cambios climáticos sino a procesos internos de la agricultura europea, como el proceso de los rendimientos decrecientes, en las que debido a la presión de la población se produce el uso de tierras marginales (de una menor calidad) que antes eran bosques, zonas pantanosas o se dedicaba al ganado. Pero en este sistema cuando solo cambia un factor (solo cambia las superficies cultivadas) esto acaba provocando un estancamiento y luego una crisis o retroceso. Ya que en estas tierras se necesita un mayor trabajo por parte de los campesinos pero da una menor productividad ya que estas tierras se caracterizan por una pérdida de fertilidad.
- Este cambio en las superficies cultivables repercute en la ganadería. Ya que estas tierras marginales eran salidas de la ganadería que significa un menor abono para estas tierras dando lugar a una caída de la productividad y por tanto, de la producción. La solución es aumentar la productividad de las superficies cultivadas (y no aumentar las superficies en sí). Se consigue con la rotación de los cultivos (mejorando así la productividad y la fertilidad) produciéndose la agricultura intensiva, dando lugar a una mayor autonomía de la capacidad de los campesinos. Los únicos países que logran sobreponerse y superar la crisis son el norte de Francia, Holanda, Inglaterra y el norte de España. En estos territorios la aristocracia y la Iglesia han perdido peso como grandes terratenientes como evidencia de cambios sociales con respecto a la propiedad de la tierra, ya que con anterioridad las tierras eran propiedad de la aristocracia interesada en la renta y los campesinos arrendatarios no les convenía cuando el alquiler era de poca duración (de unos 5 años).
- Cambios económicos: la zona del mediterráneo era la más rica y poblada hasta el siglo XVII pero en el siglo XVI se produce una serie de cambios (crecimiento del comercio atlántico, surgimiento de las Provincias Unidas de Holanda y auge del mar del Norte) triunfando en el siglo XVII. Se produce un crecimiento demográfico y económico en esta área debido a la realización de una agricultura intensiva. El sur y el este de Europa se estancan en el ámbito demográfico (en el siglo XVIII teniendo igual población que en el siglo XVI aunque crecen varios territorios como Suecia, Dinamarca, Inglaterra y Holanda aunque decrecen otros como Francia) que se traduce en un mayor peso político con la Paz de Westfalia y la paz de los Pirineos. La crisis del siglo XVII es un reajuste demográfico, económico, político de la Europa del antiguo régimen. (El demográfico va unido al económico, la riqueza que existe procede del trabajo humano, la reducción de la población es una parte esencial de la depresión económica). La reducción demográfica se produce por diversos problemas, que afectan a las estructuras comerciales, industriales, comunicación, transporte, y a la política.
- El Hambre: se debe a la reducción de la producción agrícola provocada por los problemas de la producción decreciente, crisis general del modelo agropecuario, perdida de fertilidad, pérdida de productividad que lleva consigo la caída de la productividad, solo se salva aquellos países con agricultura intensiva. Se agrava con las constantes crisis periódicas anuales de malas cosechas por problemas climáticas, sequias, inundaciones, heladas, frío. El siglo XVII siglo de malas cosechas. Y la falta de mano de obra (es causa y efecto). Ejemplos como en Moscú en el siglo XVII sobre todo por problemas de malas cosechas, y por las guerras que cortan las comunicaciones, los soldados saquean sociedades. Las ciudades de Europa occidental crecen mucho más en una época de estancamiento de la población, como Londres, París, Viena, Ámsterdam, duplican o triplican su población a lo largo del siglo XVII, otras ciudades pierden población como Sevilla y otras ciudades del sur. Este crecimiento de algunas ciudades requieren alimentos del campo. Tiene otros efectos (además de la muerte en casos extremos, en ciudades sitiadas o sin comunicación). No es problema de las hambrunas periódicas sino la malnutrición de los primeros años de vida, con enfermedades que se arrastra durante toda la vida, es ésta la mayor causa de muerte con enfermedades e infecciones provocada por la bajada de las defensas. El hambre lleva el problema de la enfermedad.
- La peste: Las enfermedades epidérmicas, durante el siglo XVII hay epidemias abundantes desde el siglo XV, hay epidemias muy mortíferas, tremendamente destructivas, las dos enfermedades más letales son; la viruela y la peste bubónica. La viruela es más frecuente pero mata menos (1/3 de adultos, ½ de niños), los que sobreviven quedan marcados, sin vista. Mata sin distinciones, mató al heredero de la corona hispánica, María II de Inglaterra. La peste bubónica, por su lado, tiene epidemias más espaciadas (menos frecuentes) pero mucho más mortífera, tiene menos supervivientes, matando rápidamente en unas 24-48 horas. Tiene peor imagen que la propia viruela, hay mucha gente que ha sobrevivido a la viruela. La peste (peste de Sevilla 1649 que mató a la mitad de la población, que no recuperó la población hasta el siglo XIX) bubónica actuó sobre todo en el mediterráneo agravando la crisis demográfica, el primer brote es la peste atlántica 1597-1602, el segundo 1629-1630 afectó de sobremanera a Italia reduciendo la población brutalmente, con este brote Milán paso de ser 130000 murieron 65000, el tercer brote y más mortífero 1647-1652, y en Italia 1655-1656. El último brote 1670-1680. En el norte de Europa hubo brotes pero de menos fuerza, Moscú en 1648, en Londres y Ámsterdam 1664-1666. Las enfermedades epidémicas son brotes de mortalidad agudas que además se agravan en el siglo XVII por dos razones: la internacionalización del comercio (movimiento de muchos barcos, comerciantes junto a los virus, la viruela se agrava con la llegada de cepas procedentes del norte de África debido al comercio como el trato de esclavos) y por las guerras (ejércitos que van de un lado a otro que llevan virus con ellos). El crecimiento de las ciudades (con la emigración del campo a las ciudades) significando de una concentración de la población permitiendo una mayor rapidez en la propagación de estas enfermedades (las enfermedades afectaban más a la ciudad que el campo). La otra mortalidad son las epidemias endémicas (enfermedades diarias) como el tifus, enfermedades respiratorias, sífilis, agravadas con la malnutrición provocando que la población llegara a unos 35-40 años, y también por la contaminación por el uso de carbón.
- La Guerra: La guerra es prevalente en el siglo XVII, una de las épocas bélicas más mortíferas. La guerra de los 30 años fue más mortífera hasta la 1 Guerra Mundial, por su largo periodo, que significaron 30 campañas arrasando y saqueando ciudades, quemando cosechas, se trataban de la última gran guerra religiosa. Época intolerante sobre todo en la 1/2 del siglo debido a la enervación de las pasiones religiosas. Son guerras largas, como las guerras de los 30 años o como el enfrentamiento entre Francia y España, España y Portugal, ya que los estados se han fortalecidos, con la construcción de fortificaciones, fortalecimiento de los soldados, guerras de posiciones, asedios, asaltos a esas posiciones fortificados, que además son agravados por el hambre y por los adelantos de la artillería que permite destruir las ciudades. El problema de la guerra no son las batallas, en realidad no hubo tantas batallas pero las batallas fueron mortíferas muriendo miles de personas en ellas debido a que los ejércitos eran más grandes y mejores medios de destrucción. La mortalidad en batalla no es muy importante, sino debido a las heridas (ya que la medicina militar era pobre), de enfermedades por el afinamiento (endémicas, hambre, frío, penalidades por estar en la intemperie. Los campesinos de las ciudades sitiadas por las guerras se quedaban sin recursos, sin puentes, caminos, ciudades e infraestructuras como las industrias, etc. La guerra bloque el abastecimiento de las ciudades y regiones enteras, quemaban los campos. Otro problema es pagar las guerras por los impuestos, que recaen sobre las clases más desfavorecidas de la población.
- La fiscalidad destructiva: es uno de los grandes problemas de la crisis del siglo XVII, tanto políticos como económicos. Las revoluciones en Francia, Portugal, Inglaterra, España y otros países se deben a una fiscalidad abusiva y enormemente injusta. Los privilegios de la nobleza y el clero en los países católicos como protestantes incluían una serie de exenciones de impuestos casi totales en algunos casos recayendo en los que no tenían aquellos privilegios, los estados de esta manera para construir el absolutismo (generales, ejércitos, infraestructuras varias, corte) y pagar la guerra necesitan dinero recurren agravando los impuestos, las grandes fortunas que son territoriales (basadas en la tierra) están en manos de la iglesia y nobleza (que no pagan impuestos), el peso fiscal recae en aquellos que no tienen como campesinos, comerciantes y artesanos. La fiscalidad cambia, es menor destructiva, en aquellos países en el que estos privilegios desaparecen o menguan como en Holanda. Además la fiscalidad no es solo injusta no equitativa, al ser tan injusta también es deficiente, (en vez de sacar dinero a los ricos que tienen más se saca a los pobres que tienen menos), se recauda de esta manera menos y de mala manera. Es destructiva porque obstaculiza el desarrollo del progreso de la industria y comercio, si no se grava a los terratenientes las fortunas que si se graban son de la industria y el comercio a pesar de las medidas tomadas se siguen obstaculizando. Acaban perjudicando a los que sí aportan al desarrollo económico desde campesinos hasta comerciantes. Es claro en los países más atrasados donde hay un mayor peso de la nobleza para defraudar en la parte fiscal que les toca o mantener sus privilegios.
Todo esto lleva a rebeliones, por una parte motines frumentarios, (urbanos), debido a la subida de precio de alimentos de primera necesidad (trigo) y que son concretos, las rebeliones campesinas presentan carácter de larga duración (meses y de incluso años) y abarcan regiones y se consideran verdaderas revoluciones aunque terminan siendo sofocadas. Estas rebeliones se producen por la explotación despiadada de la mano de obra por parte de los señores, mala calidad de vida, como en Rusia, Polonia, Hungría. Otras rebeliones son de carácter fiscal, debido al aumento de los impuestos en caso de Europa occidental, como en el mediterráneo en el caso de Francia, España que encauzan con otro tipo de protestas. Las revueltas campesinas en Francia terminaron en la Fronda. En Inglaterra con la propia guerra civil inglesa. El campesino debía hacer frente a numerosos pagos (crean el excedente de riqueza de los que se alimentan el resto de la población) como derechos señoriales, la renta al propietario de la tierra si es arrendatario (cargo muy pesada), diezmo a la iglesia católica tanto anglicana en Inglaterra o Irlanda (a pesar de ser católicos pagan a la iglesia protestante), prestamos que recibieron para seguir cultivando la tierra (con intereses incluidos), y además los impuestos del rey (cada vez más fuerte) que acaban dando lugar a la conversión de estos campesinos en bandidos por estas causas o provocan rebeliones. Estas rebeliones son reprimidas brutalmente por los poderes públicos (rey, nobleza), no es solo una represión social entre nobleza y campesinos o política (monarquía vs campesinos) sino también religiosa, desde los cosacos religiosos que se oponen a la monarquía de Polonia hasta en Suiza, Austria, Alemania. En España esto no ocurre salvo en caso de los moriscos por los reyes católicos.
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